La naturaleza y sus encantos

(7 de octubre de 2011)

¿Cuántas veces te has sentado y volteado a ver a tu alrededor? Cerrar los ojos y  dejarte llevar por el viento y sus sonidos. Simplemente despertar tus sentidos a lo inesperado. Permitirte el despejar lo cotidiano del día a día. En ocasiones, ni siquiera es necesario estar en el campo para tener las ganas de apreciar la naturaleza. Me tocó escuchar el canto de un grillito. Me desconcentró de lo que estaba haciendo. Y por casualidad ví por el Facebook que una compañera dijo, “gracias a Dios ya se fue el grillito de mi casa”. Cuando le dije que había uno en mi casa, me dice “jajaja te lo mandé amiga”. Y de pronto me di cuestioné, ¿Por qué cantan? ¿Cómo le hacen? ¿A quién ayuda/beneficia?

Y de pronto ya estaba investigando, el peculiar y distintivo “canto” de los grillos. Se realiza cuando frotan entre sí sus alas delanteras, que están especialmente modificadas para este efecto, o también el fémur trasero contra una vena especial del ala delantera. Es falso que froten sus patas traseras. A esta acción se le conoce como “estridular”.  Las distintas especies de los grullos tienen cantos particulares que en algunos casos son la única manera de distinguirlos. Son parientes de los saltamontes y langostas, todos miembros del orden Orthoptera, del que se conocen hasta 20, 000 especies.

         Fuente: Publicación La variedad de la vida, de Colin Tudge.

Además, el “canto” de esta especie puede servir como indicador de la temperatura aplicando la siguiente fórmula matemática:

                 Temperatura del Aire en C°: (# de cantos por minuto)/(5 – 9)

No podía creer lo último, pero en varias páginas de internet, lo mencionaban. Claro que, ¿quién se pondría a contar los chirridos por minuto? Pero lo importante, es dejarte consentir por esas cosas que por lo general, pasamos por alto de nuestra madre naturaleza.